
El cáncer de tiroides es un tipo de cáncer que se origina en la glándula tiroides. El cáncer se origina cuando las células comienzan a crecer sin control. La glándula tiroides produce hormonas que ayudan a regular su metabolismo, la frecuencia cardíaca, la presión arterial y la temperatura corporal.
¿Dónde se inicia el cáncer de tiroides?
La glándula tiroides está en la parte frontal del cuello, debajo del cartílago tiroideo (la manzana de Adán). En la mayoría de las personas no se puede ver o palpar. Esta glándula, en forma de mariposa, tiene dos lóbulos, el lóbulo derecho y el lóbulo izquierdo, que están unidos por una porción angosta de glándula llamado istmo (vea la imagen que sigue).

La glándula tiroidea tiene dos tipos principales de células:
Las células foliculares usan yodo de la sangre para producir la hormona tiroidea que ayuda a regular el metabolismo de una persona. Demasiada hormona tiroidea (hipertiroidismo) puede causar que una persona tenga palpitaciones aceleradas o irregulares, dificultad para dormir, intranquilidad, hambre, pérdida de peso y una sensación de calor. Por otra parte, muy poca hormona (hipotiroidismo) causa que una persona sea más lenta, se sienta cansada y gane peso. La cantidad de hormona tiroidea segregada por la tiroides es regulada por la glándula pituitaria, en la base del cerebro, que produce una sustancia llamada hormona estimulante de tiroides (TSH, por sus siglas en inglés).
Las células C (también llamadas células parafoliculares) producen calcitonina, una hormona que ayuda a controlar cómo el cuerpo usa el calcio.
Otras células menos comunes en la glándula tiroidea incluyen las células del sistema inmunitario (linfocitos) y las células de soporte (estromales).
Cada tipo de célula genera diferentes tipos de cáncer. Las diferencias son importantes porque afectan cuán grave es el cáncer y el tipo de tratamiento que se necesita.
En la glándula tiroides se pueden originar muchos tipos de crecimientos y tumores. La mayoría de estos son benignos (no cancerosos), pero otros son malignos (cancerosos), es decir, se pueden propagar a los tejidos cercanos y a otras partes del cuerpo.
Los principales factores de riesgo asociados al cáncer de tiroides son:
Antecedentes familiares: Si tienes familiares de primer grado, como padres o hermanos, que han sido diagnosticados con cáncer de tiroides, tienes un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad. La predisposición genética puede jugar un papel importante en estos casos.
Exposición a radiación: La exposición a la radiación en el cuello y la cabeza, especialmente durante la infancia, aumenta el riesgo de cáncer de tiroides. Esto puede deberse a tratamientos de radioterapia previos en la región del cuello o a exposiciones ambientales, como accidentes nucleares o pruebas nucleares.
Género y edad: El cáncer de tiroides es más común en mujeres que en hombres. Además, el riesgo de desarrollar esta enfermedad aumenta con la edad, siendo más frecuente en personas mayores de 40 años.
Antecedentes de bocio: El bocio es un agrandamiento anormal de la glándula tiroides. Las personas con antecedentes de bocio pueden tener un mayor riesgo de cáncer de tiroides, aunque la mayoría de los bocios son benignos.
Exposición al yodo: La exposición a niveles excesivos de yodo en la dieta o en el ambiente puede aumentar el riesgo de cáncer de tiroides en algunas personas. Esto es más relevante en áreas donde la dieta es naturalmente rica en yodo o en aquellas donde se usa yoduro de potasio como suplemento.
Historial de enfermedades tiroideas: Algunas afecciones tiroideas, como la enfermedad de Hashimoto y la enfermedad de Graves, se han relacionado con un mayor riesgo de cáncer de tiroides. Sin embargo, la mayoría de las personas con estas afecciones no desarrollarán cáncer de tiroides.
Genética y trastornos hereditarios: Algunos trastornos genéticos, como el síndrome de neoplasia endocrina múltiple tipo 2 (MEN2), aumentan significativamente el riesgo de cáncer de tiroides. Las pruebas genéticas pueden identificar a las personas en riesgo.
Nutrición y estilo de vida: Si bien la relación no es completamente clara, algunos estudios sugieren que ciertos factores dietéticos y de estilo de vida, como una dieta baja en antioxidantes o el tabaquismo, pueden influir en el riesgo de cáncer de tiroides.
Principales Sintomas de Cancer de Tiroides:
El cáncer de tiroides en sus etapas iniciales puede no presentar síntomas evidentes, o los síntomas pueden ser sutiles y a menudo se confunden con otras afecciones. Sin embargo, a medida que la enfermedad progresa, pueden aparecer los siguientes síntomas:
Nódulo tiroideo: Un nódulo en la tiroides es uno de los signos más comunes de cáncer de tiroides. Estos nódulos pueden sentirse como una masa o bulto en la parte frontal del cuello.
Dificultad para tragar: Si el tumor tiroideo crece lo suficiente, puede presionar la tráquea o el esófago, lo que resulta en dificultad para tragar o una sensación de obstrucción en la garganta.
Cambios en la voz: La presión del tumor tiroideo sobre el nervio laríngeo recurrente puede causar cambios en la voz, como ronquera o voz más grave.
Dolor en el cuello: Algunas personas pueden experimentar dolor en la parte frontal del cuello, que puede irradiar hacia el oído.
Hinchazón de los ganglios linfáticos: Si el cáncer de tiroides se ha diseminado a los ganglios linfáticos cercanos, puede causar la inflamación y el agrandamiento de estos ganglios.
Cambios en la piel: En casos avanzados, el cáncer de tiroides puede causar cambios en la piel del cuello, como enrojecimiento o hinchazón.
Fatiga y debilidad: El hipertiroidismo, una sobreproducción de hormonas tiroideas, puede ser un síntoma de cáncer de tiroides en algunos casos, y puede causar fatiga, debilidad muscular y otros síntomas.
Pérdida de peso inexplicada: En casos de hipertiroidismo asociado al cáncer de tiroides, las personas pueden perder peso sin motivo aparente.
Es importante recordar que tener uno o más de estos factores de riesgo o síntomas no garantiza que desarrollarás cáncer de tiroides. Muchas personas con factores de riesgo o síntomas, nunca desarrollan la enfermedad, La prevención y la detección temprana son fundamentales, especialmente si tienes factores de riesgo significativos relacionados con la tiroides.
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